Hay que dar experiencias

emociones

En una sociedad en la que vivimos permanentemente conectados y en la que gestionar información se convierte en una ardua tarea debido a la ingente cantidad de fuentes y herramientas que consultamos y manejamos, los impactos informativos a los que nos tenían acostumbrados las campañas de publicidad tradicionales han perdido eficacia y valor. Sin embargo, con tradicionales no nos referimos a los anuncios de la televisión de los años 90 o a los primeros banners que ocuparon las páginas web de diarios y revistas digitales, sino a las últimas acometidas de grandes marcas que se resisten al cambio y que siguen solicitando videos corporativos sobre el funcionamiento de sus cadenas de producción o contenidos digitales sobre las bondades de sus productos y servicios, estrategias obsoletas para un consumidor muy acostumbrado a ese tipo de mensajes. Hoy en día, hay que dar información, pero sobre todo, hay que dar experiencias.

Motivar, transmitir sentimientos afines y enamorar: esos son los medios y el objetivo que ha de perseguir todo profesional implicado en la estrategia de comunicación digital de una empresa u organismo, ya sea de carácter público o privado, que quiera conquistar a los consumidores, y esa es la conclusión a la que llegamos los profesionales que nos dimos cita en el III Foro de Comunicación Enoturística celebrado en Laguardia (Rioja Alavesa) el pasado viernes, un evento donde se dibujaron las líneas maestras del branding de empresas y destinos turísticos y donde se puso de manifiesto que sin coherencia, no existe estrategia de comunicación eficaz, ni fidelización sin transparencia y honestidad. Cómo señaló Tomás García, director creativo de Grupo Bullitt, en una exposición sobre campañas de social media efectivas, lo importante es emocionar.

Los consumidores cada día valoramos más cualidades como la sinceridad y la naturalidad en las marcas, queremos que estas nos ofrezcan contenidos de calidad. Nani Arenas, periodista y bloguera, lo ha señalado en varias ocasiones: “quien no cuenta una historia, no comunica, y quien no comunica, no existe”.